Uno se siente más "tico" o más de su propia nacionalidad cuando está afuera, porque frente a los demás uno es el único que puede defender de donde viene.
Sin embargo, entrando en contacto con gente de mi propio país o de Latinoamérica afuera me he dado cuenta de algo. Soy una latina atípica.
He hecho cosas típicas de Costa Rica: salir a desfilar el 15 de setiembre en casi todos los puestos disponibles para la fecha, vestirse de campesina e incluso desfilar el 25 de julio en mis años en Nicoya, que me guste el gallopinto y la natilla (aunque no pueda comerla tanto), hablar arrastrando la "r" cuando me da la gana y también cantadito, apoyar a la Sele a condición de que juegue sin que uno pase vergüenza, seguir buscando un partido político que lo represente a uno para no sentirse un irresponsable cuando hay que ir a votar; intentar manejar en un país de locos en las carreteras; visitar los parques nacionales, comer por lo menos un tamal en diciembre y añorar los vientos alicios, la playa, la montaña, y las saliditas en cualquier momento.
Sin embargo, resulta que soy rara.
Nunca me sentí que pertenecía a un lugar específico, como típica latina que extraña terriblemente su país, sino que pertenecía a una familiota y que tenía amigos y probablemente eso me ha ayudado a emigrar.
En mi casa siempre se comió hipersaludable, cosa que, aparentemente no pasa en la mayoría de hogares.
Mi gusto de vestir nunca lo pude complacer allá por falta de opciones; tampoco me llamaría fiestera, más bien calmada, con una que otra salidita de refresque.
Me gusta bailar, pero no que la gente lo vea como una obligación. De hecho estuve en clases de baile y me encontré con casos que nunca encontraron una salvación a los ritmos, no entendían la música, aunque la disfrutaran, y si no se entiende (por lo menos el ritmo) no se puede bailar.
Se que resulta más fácil buscar otros latinos para adaptarse más rápido a la vida en un país extranjero, siendo latino, digo. Pero salvo un par de grandes amigas, no lo he querido hacer. Es que ¿es eso realmente adaptarse? ¿o es simplemente una excusa para no querer hacerlo?
La observación general de alemanes es esta: los grupos de amigos latinos son cerrados, uno cree que ha logrado entablar una amistad con ellos porque parecen todos amables, pero luego se entera de que lo han estado criticando a uno siempre de espaldas, ¿porqué pasa eso?
Yo nunca encuentro una respuesta cuando me preguntan eso, y creo que eso me hace también no querer pertenecer a un grupo de estos... de todas maneras es probable que, también para ellos, sea simplemente extraña.
Supongo que eso se debe también un poco a ignorancia, falta de respeto por otras opiniones, tomar por sentado que existe una única manera de ser latino o tico y que, como consecuencia, las reglas de un grupo así deberían de estar escritas en las venas de todo latinoamericano...
A diferencia de la mayoría de gente latina que he conocido, a mí me gusta Alemania, me caen bien los alemanes y me veo viviendo aquí feliz y contenta. Y creo que seguiré con esa mala costumbre contra los deseos de la raza, total, he notado que los que vamos contracorriente estamos más felices :D
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