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viernes, marzo 26, 2010

de algunos adioses

Llueve afuera y huele a tierra.
Esta tierra no es cualquier tipo, es la que se está preparando para tener una cosecha productiva, la que recibe con agradecimiento el sol que tenemos, la que me hace conocer por primera vez la primavera en medio del camino...
Sin embargo, del otro lado, a más de 10 mil kilómetros, alguien toma sus pertenencias y renuncia a ellas.
Se prepara para caminar finalmente en su camino, el que ha estado preparado desde el principio para él y que no había logrado ver antes.
Deja, deja y gana...
Y el nudo en mi garganta sólo confiesa que deseo de corazón que sea cuidado y que sea feliz...
Que entienda que no es fácil, pero las cosas que son importantes creo q nunca lo son...
Abrazo y calor a la distancia, q Diosito me lo acompañe hoy y siempre.