Hoy es un día de tigra: con cosas por hacer pero pocas ganas de hacerlas.
Después de una semana de vacaciones, en medio de toda una intensa jornada de un nuevo curso de alemán, espero no haber perdido el ritmo porque se que conforme avanzamos un poquito aquí y otro allá el asunto se complica de a poco...
Nuevamente me tocó cocinar para mi sola y me toca ahora sentarme y hacer tarea, pero Dios!!! cómo cuesta!!!
El clima está maravilloso afuera, pero también adentro provoca dormir, perezear, faulenzear, básicamente: hacer nada, ni costra, ni jota, ni papa, ni tareas, ni limpieza, ni lavada de ropa, naaaaaaaada.
Pequeño punto: conforme escribo esto, en vez de recuperar el entusiasmo por ser productiva, me enamoro de mi oda a la vagancia y me alejo de mi objetivo inicial...
Será tan malo??? digo, no hacer nada???
Desde que uno es niño siempre escucha que "La pereza es del diablo", pero no se trata de pereza, creo q podríamos darle el nombre de "administración alternativa del tiempo", suena más bonito no?
Pues bien voy a administrar mi tiempo alternativamente con otras naderías, q tengan un bonito día :P

(Prometo escribir algo más serio la próxima vez, q también para eso tengo material)

sólo una guía de tantas...

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noche

Pegas.
Desde el inicio, hace más de un año, siempre pegas.
Aunque el cinismo decía a cada rato "Knock on wood!" al final no le quedó más que callarse y aguantarse el espectáculo. De vez en cuando regresa, pero ya nos pusimos de acuerdo para que, sobre ese tema, simplemente, no se hable...
Eso de acostarse y despertarse al lado de alguien es hermoso. Aprender a estudiar cómo duerme el otro; la sorpresa cuando, sin querer, y a veces queriendo, te rozan la piel en medio de la noche; o ese momento en el que, a pesar del cansancio, no quisieran apartarse el uno del otro...
Me ha impactado tanto en tan poco tiempo, que le tengo un terror terrible a la monotonía y, de vez en cuando (hoy) también a la lluvia que me ayuda a extrañarle...
Se que está bien, se que regresa, se que me quiere, pero que feo es ver cómo el día avanza y se acerca la noche en que duermo sola.

Hace días que varias personas me lo dicen pero no me decido y no me decido... ¿será que escribo un libro?

regando matas

Se abre el grifo y coloco el recipiente. Espero a que llegue a la segunda rayita y detengo el agua.
En una ventana:una orquídea con 5 flores abiertas y 3 en camino, a la par una mata de culantro y otra de basílico, en la otra, una mata que se niega a albergar más bichos pero ellos insisten en reaparecer y mimetizarse con ella.
Es un proceso refrescante, en el que dejo que también mis ideas, mis estreses y mis preocupaciones fluyan y se conecten con el pedacito de tierra que tenemos en el apartamento.
Se trata de una necesidad de agarrarse a la tierra, de volver a lo que está aquí y permanece para no perderme en el laberinto de las posibilidades del próximo año... Estoy aquí, ahora, y riego las matas, la otra señal de vida en este apartamento fuera de nosotros y de los hongos que nos recuerdan que no estamos comiendo tanta fruta como debiéramos.
Tener tiempo para no olvidar las flores también significa que no tengo derecho a quejarme, todo se ha ido acomodando muy bien. Creo que se trata de no aguantar la tentación de querer complicarse la vida, aunque claro, la manera más fácil de camuflarlo es echándole la culpa al clima. ¿Quién quiere confesar que es el actor que interpreta a su principal enemigo?