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viernes, agosto 12, 2011

Mujer femenina o masculina?

Si me leyera mucha gente (mujeres en su mayoría) y estuviéramos en los tiempos de Jesús, de fijo me lapidarían por lo que voy a escribir a continuación, pero no me importa.

En Costa Rica pasó esto, entre otras cosas, en la visita del cardenal mexicano Francisco Robles Ortega, enviado del Papa como su representante, con motivo de la celebración del día de la Virgen de los Ángeles, patrona de Costa Rica.

Desde ahí todo ha sido un perfecto polvorín, porque muchos grupos de mujeres se sintieron indignadas con el punto de vista machista de la Iglesia católica. Entre el resaltar el papel natural de la mujer para quedarse en el hogar y criar a sus hijos y el llamado al recato, nadie sabía a donde quería tirar más.

Tengo que admitir que a mí lo que no me gustó tanto es la falta de visión con respecto al papel natural de la mujer de quedarse hogareña, porque, dejando de lado la visión machista, en realidad esto no es del todo realista, mucho menos en sociedades como la latinoamericana, donde la clase media lucha por no desaparecer y para ello es necesario que ambos padres trabajen, y la baja no tiene de otra, ya que en la mayoría se trata de hogares jefeados por mujeres, gracias a la "gran valentía" que demuestra a veces el género masculino.
(Más datos sobre pobreza, resumidos, aquí)

Pero la reacción ante las palabras sobre el recato ha sido una tremenda exageración.

A todas nos han enseñado, si tuvimos buenos padres, que existen modales, y que existe el respeto y un momento y un lugar para todo. Pero también en algún momento de la vida hemos visto a alguna que entra a cualquiera que sea el Templo con una culifalda o culishort y una tetiblusa... A ver, ya lo dije, hay un tiempo y un lugar para todo y, personalmente me parece fatal que alguien venga vestida al Templo de semejante manera...

Cuando algo así pasa, a los hombres se les van los ojos (en la cultura latinoamericana fácilmente) y a las mujeres las bilis... que se transforman en cuchicheos durante toooooda la ceremonia y al final, ¿de qué sirve?

Lo mismo para la susodicha desubicada. Es decir. La mujer tiene un cuerpo bonito, con curvas y sí, la belleza duele y para conservar esas curvas hay que trabajarlas. Todas hemos estado ahí, por los estándares de belleza que nos venden en la tele, pero tampoco para hacer publicidad en la Iglesia... no sean soberbias. Estar más cerca de como Dios las trajo al mundo, no las acerca más a él... sino mejor rezar en la ducha o mientras se hace "ejercicio".

Además, la Iglesia tampoco debería de ser una pasarela, o una carnicería, como quieran llamarlo.

Y bueno, volviendo al discurso de esta gente, al final de cuentas es que no es tan importante.

Es decir, ¿cuántas de todas las mujeres que reaccionaron violentamente ante las palabras son católicas practicantes? ¿Porqué les ofende tanto entonces? ¿Porqué le dan tanta importancia? ¿Creen de verdad que las palabras de alguien que representa una institución, como la Iglesia católica, van a generar un cambio tan grande que las va a afectar la integridad?

No, eso no es así. La importancia que tienen los discursos es proporcional a la atención y consecuente reacción que de ellos emanan, y ustedes, señoras, señoritas, sobrevaloraron el discurso.

Tenemos problemas más serios como género, no desperdiciemos tantas palabras de indignación, por algo tan banal. Fue un gatillo, lo sé, la bala es el machismo y la herida la historia, pero hacer de esta tontería un slogan me pone a llorar...

A ver, somos inteligentes, suspicaces, talentosas, multitask, pero no me quiten también mis razgos femeninos que van más allá de mis curvas.

Quiero amar, quiero ver lo bueno en los otros, me encanta cuando veo a otra feliz, ya sea sola o con pareja, del tipo que sea. También los sueños de nosotras son importantes, son más caóticos y a veces sin rumbo fijo, pero siempre encontramos o intentamos encontrar la manera de hacerlos.

Quiero hacer que el genero masculino también conozca su lado femenino y que respeten, que respeten a su madre, a sus hermanas y a todas las mujeres que les rodean. Que las amen.

Quiero que las mujeres se amen, se conozcan y trabajen por quererse cada día más, para irradiar en el mundo, a su pareja, a sus hijos, si desea tenerlos. Que nadie decida sobre lo que es decisión personal, pero que se le den las herramientas para que valore las opciones.

Quiero que se vuelva a enseñar el respeto en las casas... respeto a la vida, respeto a lo ajeno, respeto a la opinión de los demás, respeto a los mayores, respeto al propio cuerpo, respeto a la naturaleza... cuanto haríamos si recuperáramos eso...

Quiero que, si hay una vida de pareja se recuerden siempre de tratar de encontrar la mano del otro después de una tormenta... que los dos trabajen por esa pareja, hasta en tareas tan nimias como ver quien lava los platos.

Quiero libertad de pensamiento, de palabra y de hecho sin esperar con cierto temor a las reacciones, sólo porque yo soy diferente, y no coincido siempre, porque no tengo que coincidir siempre.

Es mi derecho.

De todas maneras, suerte en La marcha de las Putas

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