Quiero escribir de la vida, del tiempo y las historias que inician y a veces no terminan. Quiero contar proezas de gente que recreo aunque pudieran de alguna manera resultar semejantes al vecino del frente. Quiero explorar nuevos mundos y decir cuando estoy triste, porqué lo estoy y qué quisiera que le pasara al que lo provoca.
Porque me afectan las cotidianas tristezas, como dice la canción de Ismael Serrano y el dolor de la gente que sin buscárselo les sucede.
Quiero escribir de mundos paralelos, porque a veces, la realidad es más cruda que la ficción, y en la misma ficción escapo y me refugio de la realidad.
Debería de existir una puerta que le permitiera a uno tomarse un respiro, sólo uno, de tanta cosa que pasa, para luego volver y arrearle con todas las fuerzas a todo lo que no está bien...
Pero como no existe, lo escribo.
Quien sabe, talvez esa es mi puerta, mi agujero al más allá, mi combustible de justicia, para mantener la cabeza clara de qué está bien y qué está mal y no permitir que le pongan una venda al corazón, entrenándose para que no le importe.
1 comentario:
Muy bueno!!!
Saludos!
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