El título se puede aplicar a muchas cosas, muchas experiencias y muchas no experiencias. En el caso concreto de hoy se trata de que yo sólo logro contar estrellas cuando el cascarón está vacío.
Esto me lleva ineludiblemente a pensar que mientras el cascarón no está vacío yo no me quiero dormir, me empeño en prestarle atención a los movimientos retorcidos y las expresiones de la bruja típica de un cuento de niños para tener algo de qué hablar y de qué quejarme al día siguiente porque, por supuesto, no he podido dormir.
Por otro lado también habría que sumarle lo de que mi bendito sueño no es fácil, no soy de las que cuentan ovejas y caen como troncos, no. Yo tardo en dormirme pero no tardo en despertarme al mínimo ruido (cosa que también odio)
El problema aquí es que realmente quiero dormir, ya es suficiente con que el puto colchón sea una mierda como para que, además, en el cascarón no quieran entender (xq ya había hablado una vez q me descompuse del puro cansancio por falta de sueño).
El que quiere puede y si cuando está el cascarón vacío yo logro contar estrellas pues, la verdad, quisiera que se vacíe, o que tuviera la cubierta más gruesa.
2 comentarios:
Como diría alguien por ahí... no puede dormir porque tiene un hamster en la cabeza que no para de dar vueltitas a la rueda de los pensamientos... o alguien suena ahi afuera y le trasquila las ovejas...
Estimada señorita insecto: amaría al hamster, odio al trasquilador. Por dicha el cascarón se vacía por una semana, así q a dormir como lirón.
:D
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