reflexiones sobre una mente brillante

Los que escriben blogs los imagino así, en pijamas, frikis pegados a la pantalla con la impertinencia de hacer creer a la gente que su opinión realmente aporta algo al mundo. No deben tener vida social

No fue así de literal, pero esa fue una de las tantas ideas que la mente brillante escupió sobre aquellos cerebros sin estrenar.

Y sí, estoy en pijamas. Me levanté a las 12 luego de dormir 6 horas porque me fui de fiesta... aquí parece que su premisa ya tiene un huequito.

Defiendo mi derecho a usar internet como medio de expresión. En mi caso particular no pretendo que alguien crea que mi opinión es importante. Puede que escribir sea para mí una simple prueba o huella digital que afirme mi existencia. ¿Si existo para que ocultarlo? Tengo tanto derecho a utilizar un medio disponible como quien no quiere leerme, de cambiar de blog o decidir apagar su computadora.

La mente brillante es impresionante, eso no lo puedo negar, es la persona más segura de sí misma que he conocido en mi vida, casi parece un robot que se ha programado a sí mismo... Ohh sí, EGO desbordante, ilumíname con ese halo azul plateado, encandílame y permíteme formar parte de aquel círculo de personas que están acostumbradas a halagarte. ¿Me pregunto a cuantos de ellos realmente conoces? ¿te interesa también la gente, o sólo son contactos?

Claro, la mente brillante es capaz de hacernos creer que convertirse en uno de esos frikis blogueros, para jugar con ese mundo y de repente formar parte de él de manera más consciente de lo que previó, es otra prueba de lo genial que es, no es que admita que talvez se equivocó, es que se burlaba del mundillo...

Ahora. Me queda una duda. Siendo así de potente, ¿será capaz de cumplir igual de bien en todo lo que hace? digo, si nunca tomamos en cuenta la opinión de otra persona, porque simplemente nos escuchamos a nosotros mismos, nunca nos daremos cuenta si nuestro desempeño fue realmente el que imaginamos en nuestras cabezas.

Habrá que preguntarle a la muñequita inflable.