De Salamanca

Llegué el 7 de setiembre, tengo mucho que contar.

Salamanca no tiene las montañas del Valle Central, ni un clima tan estable, tiene muchas cuestas y una historia impresionante... casi en cada esquina hay algo nuevo por conocer.
La casa de las conchas, la Clerecía, la Universidad de Salamanca, el Río Tormes, el huerto de Calixto y Melibea, la estatua del Lazarillo de Tormes, el Puente Romano, una catedral que tardó más de 200 años de ser construída dentro de los últimos respiros del gótico europeo y otra, a la par, convertida en parte de un museo que data del siglo XII... son todas parte de esta planificación urbana que no permite que los edificios lleguen a tapar los monumentos históricos que, en su mayoría tienen la fachada cubierta con la piedra de Villamayor.
La Catedral que tardó más de 200 años en ser construída le llaman la Catedral Nueva, tan nueva como las cosas más viejas que tenemos en Costa Rica.
De hecho los contrastes que me he encontrado aquí son impresionantes, aunque, en realidad, no somos tan diferentes.
Aquí también hay gente que pide, hay testigos de Jehová, que llegan hasta la puerta de los pisos, hay gente loca, hay paredes rayadas vandálicamente y hay contrastes de color y acento hasta dentro de los mismos españoles.
He adoptado la costumbre de tener el ordenador encendido (entiéndase: computadora) cuando hago trabajos en grupo, si no entiendo algo, lo busco en google o pregunto... no pretendo cambiar mi manera de hablar, simplemente expando mis horizontes.
Y bueno, sorpresas tiene la vida y también comodidad, satisfacción, una dosis de felicidad por un poquito más de una semana... ahora una bola está en el aire, y no tengo intenciones de cuestionar nada. Es bueno sentir este tipo de liberación.
No se si lo notan pero ya con casi 2 meses de estar aquí, soy una persona diferente. De hecho escribo diferente, veremos que historias exhalaré en los guiones con veneno y perfume ;)