Dentro de 4 días.

Habrán pasado 2 horas desde el cierre oficial de todas las mesas de votación dispuestas a lo largo y ancho del país aunque, probablemente, en muchas, las ganas de cerrarlas antes no faltará, y no por una cuestión de modificar los resultados, sino como una reacción natural de una jornada larga y cansada.

Los primeros datos se filtrarán e irán a parar a los noticiarios mientras todos entrevistan a X o Y experto en la materia, que hará el comentario de rigor de cómo fue el proceso democrático.

Habrá gente que no votará por pereza, ellos son unos irresponsables que luego se quejarán pero nunca propondrán ni serán clave para el destino del país... sería demasiado optimista si les atribuyo importancia para su destino personal.

Habrá gente que votará confundida, por tanta y tan poca información en sus manos para ver quién le parece la mejor opción. Tanta, porque el bombardeo ha sido constante en los medios masivos a los que la mayor parte de la población está expuesta - aunque no necesariamente reciban toda la información - y tan poca porque al final, entre tantos datos, tantas promesas, lo que le queda a mucha gente son los colores y las notas pegajosas de las canciones de campaña.

Habrá gente que tratará de convencer a los otros mediante la burla del candidato o partido de su escogencia, esos irrespetuosos no merecen ni pizca de atención, porque la humillación no condujo a ninguna nación hacia el progreso y, como otros países ya lo han sufrido antes, los humillados no aguantan para siempre, así que a palabras necias, oídos sordos.

Y habrá gente, joven en su mayoría, profesionales recién salidos de las aulas o estudiantes o con poco tiempo de laborar, que tendrán los medios para acceder a todo tipo de información oculta, que razonarán su voto porque creen que ellos tienen una responsabilidad con el destino de sus propias vidas en esta nación; que tratarán de convencer a otros sobre la importancia del voto y que buscarán, o se harán a la fuerza, los espacios para hablar de política.

No, la política no es sólo de viejos con sus mismas estrategias o sus mismas promesas o sus mismas ideas, es también materia nuestra y el destino del país también es nuestra responsabilidad... ¿o acaso toda esta generación podría emigrar a otro país sin volver a ver a todos los que quedan?

Nunca hemos tenido un sentido de patriotismo muy arraigado, llamenlo influencia extranjera, llamenlo valeverguismo, llamenlo como quieran, pero este país también nos pertenece y creo que es importante votar.

Quiebrelo, dóblelo, analícelo, haga con su voto lo que quiera, pero vote, impórtese un poquito y no sea egoísta, que le importe el que tiene a la par también.