Pero para todo existe una primera vez, siempre que queramos, y ese día él lo quiso... entraría al negocio, descubriría qué había detrás de esa vitrina tétricamente decorada que exhibía mes a mes nuevas guitarras excéntricas.
Tenía 5 horas hasta su próxima clase, así que caminó hacia allá.
Primero, miró con curiosidad las guitarras en la ventana: una acústica y otra eléctrica, ninguna de marcas conocidas, pero hermosas, radiantes y en cierta forma, hasta ofendidas de estar a la vista de todos los que no merecían contemplarlas. Una, en especial (la azul zafiro eléctrica, lo llamaba a él)
Así que entró al Rincón Vitali
El escenario era digno de Burton: oscuro pero hermoso y genial al mismo tiempo... todo con la misma extraña fuerza que obligaba a explorar cada pequeña pieza en exhibición.
¿Lo extraño?
Nada de eso estaba en venta; sólo la guitarra azul zafiro eléctrica... Y seguía llamándolo con esa promesa melodiosa de deleite... ¿pero deleite para quién? ¿Para él? ¡No, no podía ser! El no tenía manos, las perdió en un accidente cuando era pequeño y del accidente no se acordaba mucho, sólo sabía que había pasado y jamás pudo ser músico.
Durante todo el rato en que duraron sus cavilaciones frente al instrumento que deseaba comprar, porque lo llamaba, pero jamás podría tocarlo, una anciana de ojos negro absoluto, lo observaba. Sabía lo que pensaba.
- No es una guitarra cualquiera- Dijo la anciana y él respondió un poco asustado.
- Me imagino que no, pero qué sentido tiene, no le encuentro sentido.
- Sí lo tiene, pero no para la razón.
- ¿Acaso la guitarra me ha de dar manos?
- ¿Es eso lo que quiere?
- No lo sé. Y si me diera manos de nada serviría porque igual, no sé tocar guitarra.
- Usted tiene miedo a aprender. A ver.
- ¿A ver? ¿qué tiene que ver el observar con el hecho de que a mi de nada me sirve comprarme una guitarra?
- Esa guitarra es engañosa... ha confrontado a mucha gente que ha pasado por aquí, y nadie ha conseguido llevársela...
- ¿cómo? ¡pero si es impresionante y rebarata!
- ¡Ahh, le parece barata! muy bien, es un comienzo interesante, nunca había ocurrido, por lo general el precio les parece demasiado alto, se desilusionan antes de observar y se van de aqui para no regresar.
- Pues a mí me parece razonable el precio... pero no entiendo qué es lo que tengo que observar.
- Sus manos.
- No tengo.
- No es cierto. Véalas.
- Con todo el respeto, señora, yo me he aceptado tal y como soy desde el accidente, y no tengo manos.
- Como quiera, el precio subió.
Y efectivamente, el precio de la guitarra ya no era el mismo... El se asustó y descubrió que no sólo la guitarra había aumentado de precio, sino que habían aparecido etiquetas en todos los artículos del lugar... Sorprendido, pero asustado al mismo tiempo cerró los ojos y colocó sus muñones frente a su cara. Abrió los ojos ¡y ahí estaban sus manos!
- La guitarra es suya.
- ¿Y mi accidente?
- Aquí no existió ni existe... sólo sus manos y usted.
4 comentarios:
Muy muy muy profundo . . .
Hey...mis respetos! Muy bueno...siempre tendremos lo que merecemos...exista o no.
¡Wow! Mis respetos. Alguien me decía: "eres lo que eres y estás donde estás por lo que tienes en tu mente". Gracias por recordármelo.
te felicito... tenia tiempo de no leer un post con tanto interes! muy bueno!
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